Árbol de Navidad:
Parece ser que la costumbre del árbol de Navidad nació en Alemania, en la primera mitad del siglo VIII. Estando predicando el misionero británico San Bonifacio un sermón, el día de Navidad, a unos druidas alemanes para convencerles de que el roble no era ni sagrado ni inviolable, el "Apóstol de los alemanes" derribó uno. El árbol al caer fue destrozando todos los arbustos excepto un pequeño abeto. San Bonifacio, interpretó la supervivencia del arbolito como un milagro, concluyendo su sermón: "Lamémosle el árbol del Niño Dios". Los años siguientes los cristianos celebraron las Navidades plantando abetos. En el siglo XVI se decoraban los abetos en Alemania para festejar la Navidad; en España no alcanzó popularidad hasta mediados del presente siglo.
Frutas escarchadas en Navidad:
Tradicionalmente se dice que el origen es aragonés y murciano, aunque han sido también muy utilizadas en Andalucía y La Mancha para postres. Su uso navideño es bastante reciente. La cobertura del azúcar se usaba para disimular el mal estado de la fruta.
Mazapán:

Ya en el siglo IV a.J.C. Arquestrando citaba que los griegos sentían aprecio por unas tortas elaboradas con almendras y miel; el austero Platón llegó a considerarlas poco recomendables para el pueblo heleno. Sin embargo dos ciudades, Venecia y Toledo se apuntan la paternidad de su invención. De acuerdo con la leyenda italiana, el mazapán nació en Venecia hacia el siglo XVI, cuando surgió la idea de fabricar un tipo diferente de pan para combatir el hambre, triturando almendras y azúcar, que fue llamado marzipane o pan de San Marcos en veneración al patrono de la ciudad. Otra historia atribuye la invención al gremio de panaderos italianos, llamados en la Edad Media hermanos de Marcos. Frente a estas versiones, cronistas de Toledo sostienen que fue a raíz de la batalla librada contra los árabes por Alfonso VIII de Castilla en el año 1212 cuando las monjas del convento de San Clemente comenzaron a elaborar cierta clase de pan a base de almendras y azúcar. Otros se inclinan por la teoría de que el mazapán habría entrado en Europa a través de la península ibérica y desde Chipre, Creta, Sicilia y Venecia, siempre de la mano de dos pueblos refinados y golosos: el árabe y el judío.
Navidad el 25 de diciembre:
La tradición situaba el Nacimiento de Jesús por el solsticio de invierno; y ya desde el siglo II se celebraba en los primeros días de enero la Teofanía, fiesta de la manifestación del Salvador, en la que se agrupaban su nacimiento, su bautismo y su adoración por los Magos. Pero como unos días antes -el 25 de diciembre- los paganos celebraban el "Natalis Invicti" (Nacimiento del Invicto, que era el Sol), la Iglesia desglosó la Teofanía (actual fiesta de la Epifanía), la conmemoración del Nacimiento, fijándola para el 25 de diciembre, a fin de que el "Nacimiento del Invicto" pagano cobrara su sentido pleno al significar el Nacimiento del único Invicto, Jesús.
Nochevieja:

Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene, por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasase el sabor de las cosas y que el año que empezase fuese dulce. Esta vieja costumbre romana fue poco a poco entrando en Europa, donde con la misma finalidad venturosa comenzaron a ofrecerse lentejas, de las que se dice que propician la prosperidad económica del año que empieza. En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de, la noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última isla pagana de las doce noches navideñas (las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía), que la Iglesia consideraba como periodo de renovación para mejorar el año venidero. En España, la tradición de despedir con uvas el año parece ser que data de 1909.
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